Autor: José Santos-Morocho
El psicoanálisis es
una construcción de los signos lingüísticos del sujeto y como terapia se
explica desde el origen de los significantes que construyen la mente de cada
persona. Para acceder a la mente, el psicoanalista utiliza el lenguaje del
paciente. Porque el hablar describe al inconsciente estructurándolo como una
pieza angular para todo el trabajo psicoanalítico.
En la palabra del
paciente se esconde el deseo, y es alrededor de esto, que se constituye la
subjetividad de la historia de la enfermedad mental de cada individuo. Esto
quiere decir, que las personas vivimos según los recuerdos. Por ejemplo:
recordar las palabras de bondad de la madre o del padre. O una frase que nos trauma,
o un secreto que está obstaculizando su desarrollo.
Estos recuerdos podrían
estar determinando la manera de vivir, y podrían estar afectando la salud
mental de otras personas, y ¿cómo saber cuáles de estos recuerdos son buenos o
malos para su salud y bienestar?, simple, a través del análisis del discurso.
Entonces, mediante
el psicoanálisis el facultativo podría poner otros recuerdos en la mente del
paciente, abrir otros accesos mentales, buscar nuevas cadenas asociativas, explorar
otras historias del sujeto y esto se logra a través de la escucha y el dialogo
con el paciente.
A través del psicoanálisis, también se podría
sugestionar al paciente para que se permita trasformar su manera de gozar. Las
personas gozan de lo que hacen, sea esto bueno o malo, a veces gozan de manera estereotipada,
de manera fija, de manera impuesta, se podría decir que gozamos de manera
perversa. El psicoanálisis nos enseña que el mayor goce para el sujeto es el
lenguaje, es decir, hablar y ser escuchado.
El psicoanálisis
nos permite poner otras alternativas, otras maneras de resolver un conflicto,
otras opciones o maneras de vivir, en contraste con esa única manera a la que
Ud. se acostumbró.
Finalmente, si
alguna vez sintió curiosidad o ha pensado en psicoanalizarse, es porque
lo desea y lo necesita, entonces,
no lo piense más, llame, a un psicoanalista.
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