Autor:
Jose Santos-Morocho
La intolerancia al prójimo,
a las actividades o trabajo ajeno, puede afectar los sentimientos, la motivación
e incomodar al círculo social al que pertenece la persona víctima de burlas o
desprecios en las redes sociales.
La intolerancia se presenta como un signo
característico de las relaciones actuales, como tendencia social o como
particularidad individual, tiene claros efectos negativos en su salud mental. Por su parte, la
reflexión compartida o la prudencia en el trato hacia el otro se presentan como
puertas a mejores experiencias. No hace falta entonces, tratar de desprestigiar
o de hacer quedar mal cuando un estado o publicación en redes sociales no nos
gusta.
Y, aunque desde la
psicología se pueden aportar elementos para trabajar la tolerancia y mejorar
las relaciones, la realidad es que nuestra sociedad muestra altos niveles de
irritabilidad, poca disposición al diálogo y atajos hacia senderos de violencia
simbólica. La recomendación es trabajar
la impulsividad, entender que lo diferente no divide, sino que puede sumar,
aprender a escuchar y respetar, son algunas de las claves. Para dejar de ser
intolerante con los demás.
En conclusión, sabemos
que la discriminación y la intolerancia está presente en nuestra sociedad
porque todos los días podemos observar en las redes sociales, de forma directa
o indirecta, ataques en contra de la dignidad de las personas, que les impide
igualdad de derechos y oportunidades. Por favor, trabajemos
nuestra intolerancia, nuestra impulsividad. Vivamos nuestras vidas. Si no
construye no destruya, no reste, sume.
En estos tiempos que
dependemos de los demás para sobrevivir, mostremos empatía
Por favor solidaridad
entre seres humanos.
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